Cimavilla, conocido como el barrio más emblemático de Gijón, es un tesoro histórico que alberga siglos de tradiciones, cultura y una vida vibrante. Situado en lo alto de la península de Santa Catalina, este barrio, que conserva el encanto de un antiguo puerto pesquero, es el corazón y el alma de la ciudad asturiana.
Los orígenes de Cimavilla
Los orígenes de Cimavilla se remontan a la época romana. Aquí se asentó la ciudad de Gigia, que con el tiempo evolucionó hasta convertirse en lo que hoy conocemos como Gijón. La ubicación privilegiada del barrio lo convirtió en un punto estratégico tanto militar como comercial. Durante siglos, Cimavilla fue hogar de pescadores y marineros, quienes forjaron la identidad de la zona, marcada por la cercanía al mar y un fuerte sentido comunitario.
Las calles de Cimavilla, empedradas y estrechas, mantienen el trazo medieval, con casas coloridas y balcones llenos de flores. Edificios históricos como la Iglesia de San Pedro y las ruinas romanas de las Termas de Campo Valdés son testigos de la rica herencia del barrio. Además, en la parte más alta, la escultura Elogio del Horizonte, obra del artista Eduardo Chillida, se ha convertido en un icono moderno que celebra la relación entre el barrio, la ciudad y el mar.
Tradiciones y fiestas del barrio
Cimavilla ha conservado a lo largo de los años muchas de sus tradiciones más queridas. Una de las más notables es la celebración de las Fiestas de Cimavilla, que tienen lugar en la primera quincena de septiembre. Estas fiestas, que marcan el final del verano, son un punto de encuentro para vecinos y visitantes que buscan disfrutar del ambiente festivo de la ciudad.
Las fiestas están cargadas de actividades culturales y populares que reflejan el carácter festivo y acogedor de los gijoneses. Durante estos días, las calles de Cimavilla se llenan de música, danzas tradicionales y desfiles. Entre los eventos más esperados destacan las competiciones de deportes tradicionales asturianos como la bolos, además de las degustaciones gastronómicas de platos típicos como la sidra natural y los pescados frescos.
El ambiente festivo se complementa con conciertos al aire libre, actuaciones teatrales y actividades infantiles, haciendo de las fiestas de Cimavilla un evento para todas las edades. Estas celebraciones son un reflejo de la identidad del barrio, donde lo moderno y lo antiguo se entrelazan para ofrecer una experiencia única.
Un barrio vivo y con historia
Cimavilla sigue siendo uno de los lugares más vibrantes de Gijón. A pesar de la evolución de la ciudad, el barrio ha sabido mantener su esencia. Pasear por sus calles es sumergirse en una atmósfera única, donde las historias de pescadores, marineros y comerciantes aún resuenan entre las fachadas antiguas.
Hoy en día, Cimavilla es un lugar donde convergen lo histórico y lo contemporáneo. Los bares de tapas, sidrerías y restaurantes conviven con galerías de arte y pequeños comercios, creando una mezcla perfecta entre tradición y modernidad. Es un destino imprescindible para todo aquel que visite Gijón, y una ventana abierta a la rica cultura y vida asturiana.
Cimavilla no es solo un barrio; es una experiencia que invita a descubrir la historia viva de Gijón, sus gentes y sus tradiciones.