En el corazón de Gijón, junto a la imponente Iglesia de San Pedro, se encuentran las Termas Romanas de Campo Valdés, un yacimiento arqueológico que nos permite retroceder más de dos mil años en el tiempo y descubrir cómo era la vida en la ciudad durante el Imperio Romano. Estas termas, ocultas bajo el suelo gijonés durante siglos, fueron desenterradas en el siglo XX, revelando una parte esencial de la historia de la antigua Gigia, el primitivo asentamiento romano sobre el que hoy se levanta Gijón.
Historia y descubrimiento
Las termas fueron construidas entre finales del siglo I y principios del II d.C., cuando el Imperio Romano dominaba la región. Gijón, entonces conocida como Gigia, era una ciudad próspera ubicada en la provincia de Asturias Augustana, dentro del Convento Asturicense. Las termas no solo cumplían una función higiénica, sino que también eran un importante centro social, donde los ciudadanos romanos se reunían para conversar, relajarse y fortalecer las relaciones comunitarias.
El descubrimiento de las termas en 1903, durante unas obras en la plaza Campo Valdés, fue uno de los hallazgos arqueológicos más importantes de la ciudad. Tras décadas de excavaciones y estudios, las termas fueron abiertas al público en 1995, transformándose en uno de los principales atractivos turísticos de Gijón y en un punto clave para entender la influencia romana en la zona.
Estructura y funcionamiento de las termas
El complejo termal de Campo Valdés está compuesto por diferentes salas, diseñadas para ofrecer a los usuarios una experiencia de baño progresivo, alternando entre el calor y el frío. Este tipo de construcción era común en las ciudades del Imperio Romano y las termas de Gijón siguen este mismo patrón:
- Apodyterium: Esta sala era utilizada como vestuario, donde los bañistas dejaban su ropa antes de comenzar el recorrido por las termas.
- Frigidarium: El área destinada a los baños fríos. Los usuarios se sumergían en piscinas de agua fría para tonificar el cuerpo y cerrar los poros tras haber pasado por las salas de calor.
- Tepidarium: Esta sala, con temperaturas moderadas, servía como un punto de transición entre las áreas frías y calientes. Aquí, los bañistas podían relajarse y adaptarse gradualmente al calor.
- Caldarium: Era la sala más cálida de las termas, con baños de agua caliente y vapor. El calor se producía gracias a un avanzado sistema de calefacción subterráneo conocido como hipocausto, donde el aire caliente circulaba bajo el suelo y a través de las paredes, permitiendo que la sala se mantuviera a una temperatura adecuada.
Este ingenioso sistema de calefacción, junto con la distribución de las salas, permitía a los romanos disfrutar de una experiencia de baño altamente sofisticada, un lujo que reflejaba la grandeza del Imperio.
Las Termas hoy: un museo vivo
Hoy en día, las Termas Romanas de Campo Valdés se han convertido en un fascinante museo que permite a los visitantes explorar el antiguo complejo termal y aprender sobre la vida cotidiana de los romanos en Gijón. A través de paneles informativos, reconstrucciones y proyecciones audiovisuales, el museo ofrece una inmersión completa en la cultura romana, mostrando cómo las termas no solo eran un lugar de higiene personal, sino también un espacio social y cultural clave en la vida de los ciudadanos.
Además de la visita al complejo termal, el museo organiza regularmente actividades didácticas, talleres y visitas guiadas, haciendo de este espacio un lugar accesible y atractivo para todas las edades.
Un viaje al pasado
Las Termas Romanas de Campo Valdés representan uno de los legados más importantes de la presencia romana en el norte de la península ibérica. Su estado de conservación, junto con la excelente musealización del sitio, hacen de ellas un lugar imprescindible para quienes desean conocer el pasado de Gijón y la influencia que el Imperio Romano tuvo en la región.
Un paseo por estas termas no es solo un recorrido arqueológico, sino una ventana abierta a la vida cotidiana de una civilización que, aunque desaparecida hace siglos, sigue influyendo en nuestro presente.